INTELIGENCIA EMOCIONAL

INTELIGENCIA EMOCIONAL

¿Qué es la inteligencia?. Si hacemos esta pregunta a diferentes personas obtendremos diferentes respuestas. Cada persona otorga importancia a una cualidad o habilidad y relacionan ésta con ser inteligente. Muchos piensan que una persona inteligente es aquélla que académicamente es brillante y que ha terminado una carrera con éxito. Otros piensan que una persona inteligente es la que posee habilidad para comunicarse y por tanto es un buen orador. Algunos creen que las personas inteligentes son las que se desenvuelven hábilmente en las relaciones humanas, y otros que ser inteligente tiene que ver con habilidades artísticas como la música o la pintura.
Todos ellos están en lo cierto, cada una de estas definiciones sería válida. Solo que cada una de ellas lo es de forma diferente, podríamos hablar por tanto de diferentes inteligencias: inteligencia social, inteligencia académica, inteligencia musical, inteligencia numérica, inteligencia lingüística y múltiples inteligencias dependiendo del área que tengamos más desarrollada.
Vamos a detenernos en una de ellas, la INTELIGENCIA EMOCIONAL. Según Daniel Goleman, la Inteligencia Emocional es la capacidad para reconocer sentimientos propios y ajenos, y el conocimiento para manejarlos. Es por tanto un término relacionado directamente con el conocimiento de nuestras emociones y las de los demás. Goleman estima que la inteligencia emocional se puede organizar en cinco capacidades: conocer las emociones y sentimientos propios, manejarlos, reconocerlos, crear la propia motivación, y gestionar las relaciones.
El primer paso para conseguir una buena inteligencia emocional sería la Autoconciencia Emocional. Ser conscientes de cada una de las emociones que vamos sintiendo. Y esto no siempre es fácil, en ocasiones tratamos de ocultar el miedo o la vergüenza porque nos conllevan sufrimiento, tratamos de evitar sentir tristeza o melancolía porque socialmente no son aceptadas. Es más fácil estar al lado de una persona alegre que de una persona que manifiesta tristeza. Sin embargo, la Inteligencia Emocional defiende el afrontamiento de todas las emociones para sacar de ellas el mayor rendimiento y beneficio que nos sea posible. Cada emoción tiene su función, y es por ello que todas son necesarias. Podemos sentirnos alegres ante el nacimiento de un hijo, pero también sentir miedo a empezar una nueva vida.
El objetivo de la Educación Emocional es aprender a gestionar de forma inteligente las emociones tanto positivas como negativas y no tratar de evitarlas o enmascararlas con otras.
La Inteligencia Emocional aplicada tanto a la vida personal como familiar proporcionará muchas ventajas si se utiliza conforme a unas pautas predeterminadas.

Deja un comentario